SOBRE EL MÉTODO MONTESSORI

Existe un cierto mito de que el método Montessori “no es desafiante académicamente”, o es “demasiado relajado” o incluso, “hippie”. Al respecto, creemos que es importante primero entender la mentalidad de su fundadora. María Montessori estudió ingeniería a los catorce años y en 1896 se graduó como médica. Su inteligencia e interés por las personas la llevó a estudiar además antropología, doctorarse en filosofía y formar parte de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Roma, donde desarrolló su propia clasificación de enfermedades mentales. Es decir, su aproximación al mundo fue fundamentalmente científica, y su desempeño, de primer nivel. Gracias a su trabajo con niños discapacitados y a la posterior observación en sus escuelas, fue que desarrolló su método, basado en el cultivo de la imaginación e inteligencia a través de la interacción con objetos (materiales).

Lo anterior permite entender que las bases metodológicas y los materiales que hacen de soporte al Método no provienen de un mero voluntarismo por crear ambientes más amables para los niños. Al contrario, tienen un sustento teórico y práctico de peso que además, a lo largo de las últimas décadas, ha sido fuertemente respaldado por la neurociencia de la educación. Su gran ventaja y, paradójicamente, la razón por la que a veces se le da un tinte de liviandad, es que es un método donde el aprendiz lo pasa bien aprendiendo. Y esto, que a simple vista suena positivo, es a la vez fuente de suspicacia, ya que es diametralmente opuesto a la promesa de la educación tradicional de los últimos 150 años, donde prima la visión de que aprender tiene que ser doloroso, y solo se logra dentro de ambientes severos que ejercen control vertical.

Para mayor información: https://mujeresbacanas.com/maria-montessori-1870-1952/#:~:text=De%20hecho%2C%20la%20joven%20Mar%C3%ADa,donde%20se%20gradu%C3%B3%20en%201896 https://www.montessori-science.org/montessori_science_dvd.htm https://www.montessori-science.org/montessori_science_articles.htm

Sí, el método Montessori prepara para la educación superior porque está diseñado para que los niños prosperen en su vida, pone énfasis en desarrollar maestría por sobre obtener buenas notas, y ayuda a desarrollar aprendices autodirigidos.

Hoy sabemos que el acceso a la universidad como fin en sí mismo, no es garantía de prosperidad (o éxito), ni laboral ni espiritual. En cambio sí es relevante poder sacarle partido al proceso de estudio. De ahí la importancia de que la elección de carrera no sea por simple inercia, sino que movilice o, al menos, despierte un interés. En concordancia con esta premisa, uno de los principios fundamentales de la filosofía Montessori es educar para prosperar en la vida, trascendiendo el mero acceso a la universidad. Esto implica forjar la autonomía y la conexión con los propios intereses para que los niños puedan actuar, desear y pensar por sí mismos, a fin de que puedan desplegar sus posibilidades ocultas. Asimismo, el diseño del Método les permite aprender a autogestionar sus tiempos, intereses y necesidades, lo cual facilita el manejo de la independencia que ofrece el recorrido universitario.

Algunos ejemplos de personas creativas egresadas de escuelas Montessori: Larry Page y Sergei Brin, fundadores de Google; Jeff Bezos, fundador de Amazon; Will Wright, pionero en videojuegos; Jimmy Wales, fundador de Wikipedia.

Asimismo, Gabriel García Márquez, reconocido escritor latinoamericano, relata de manera inspiradora su paso por una escuela Montessori:

“El consuelo fue que en Cataca habían abierto por esos años la escuela Montessoriana, cuyas maestras estimulaban los cinco sentidos mediante ejercicios prácticos y enseñaban a cantar. Estudiar era algo tan maravilloso como jugar a estar vivo.

Aprendí a apreciar el olfato, cuyo poder de evocaciones nostálgicas es arrasador. El paladar, que afiné hasta el punto de que he probado bebidas que saben a ventanas, panes viejos que saben a baúl, infusiones que saben a misa… No creo que haya método mejor que el Montessoriano para sensibilizar a los niños en las bellezas del mundo y para despertarles la curiosidad por los secretos de la vida…”

Para mayor información,

The Montessori Mafia: https://www.wsj.com/articles/BL-IMB-2034

En la medida que las guías Montessori se mantengan atentas y lleven registro de las actividades o proyectos que va realizando cada niño, nadie queda rezagado, porque siempre hay material disponible para graduar los retos. Incluso, para desafiar a los niños más avezados, en los salones hay disponible material correspondiente al taller superior, de tal manera que no se encuentren con que ya no hay metas a superar. Esta es una de las principales razones por las que nos preocupamos que nuestros guías sean buenos observadores y estén atentos a las necesidades que los niños van presentando.

Que los niños tengan libertad para ir gestionando su aprendizaje no es sinónimo de “rienda suelta”. Más bien, en un afán de propiciar la autonomía, el Método invita a “tomar las riendas” y a aprender a guiar el propio aprendizaje. En este marco, es fundamental que junto con los guías, los niños vayan realizando un seguimiento sistemático de lo que han aprendido, y evaluando los nuevos desafíos que deben tomar para ir complejizando lo que aprenden. Los materiales que se utilizan están tan bien secuenciados que facilitan esta estructuración.

En el sistema Montessori es difícil que un niño llegue a este punto, porque el ambiente y los materiales están construidos para estimular los intereses, incluso en materias desconocidas para los niños. Cualquier proyecto o manipulación de material siempre tiene tintes lúdicos. Cuando un niño no se interesa por un tema, en general es porque:

  • Se lo introdujo de una manera poco estimulante o muy impositiva.
  • Ya sabe suficiente sobre el tema y necesita mayores desafíos, o bien, requiere cambiar de materia.
  • No está preparado madurativamente para ese aprendizaje.
  • Muestra un grado de desinterés en todo, lo cual puede ser una actitud propia de cierta etapa del desarrollo o bien, habla de ciertas interferencias emocionales, en cuyo caso es clave el rol del guía, en tanto acompañante y orientador de este proceso.

La filosofía Montessori es enemiga de obligar a un niño a aprender lo que rechaza, porque esto solo trae decaimiento en la calidad del aprendizaje. Sí cree, en cambio, en el respeto de los ritmos y preferencias, en la paciencia, y en el poder de presentar los contenidos de maneras atractivas.

Cualquier método de aprendizaje mal aplicado puede llevar a conductas disruptivas. En el caso de Montessori, esto se podría dar en la medida en que no estén claramente establecidos los límites y el encuadre, pero la filosofía no es de libertad pura, sino que comprende la libertad enmarcada en límites.

Otra instancia donde se podrían generar disrupciones es en caso de que los guías no estén atentos a cuando algún estudiante necesita mayores desafíos. En la propuesta Montessori se reduce esta posibilidad, ya que hay más guías por cada niño y se dispone de más metros cuadrados por persona, lo que permite ver mejor lo que sucede en el salón.


PUNTUALIZACIONES PEDAGÓGICAS

En el método tradicional, el profesor enseña los contenidos del plan de estudios a todos los estudiantes al mismo tiempo, quienes generalmente los reciben de manera pasiva. Muchos de ellos pueden no estar implicados en las tareas de aprendizaje, porque esta enseñanza no es siempre oportuna a sus intereses o nivel de desarrollo; algunos necesitan más tiempo para aprehender los conceptos, otros necesitan pasar antes a nuevos desafíos. Si esto no se toma en cuenta, se genera entonces desinterés de ambos extremos, que luego impacta en múltiples ámbitos de la convivencia y del aprendizaje.

El enfoque Montessori, por su parte, está diseñado para que el niño aprenda por sí mismo según un proceso natural, participando activamente en un entorno que está pensado para que el aprendizaje sea estimulante, tanto en espacios como en materiales. Además, el estudiante es acompañado por un guía que sabe leer y adaptarse a sus ritmos, necesidades e intereses.

Para mayor información:

https://montessorispace.com/blog/metodo-montessori-vs-educacion-convencional/

Los materiales están pensados para que el aprendizaje esté basado en lo concreto y sea atractivo. Además, están secuenciados y tienen una misma “línea editorial” desde Casa de Niños a Taller 2 (de 3 a 12 años). Muchos de ellos, en sí mismos, tienen la ventaja de poder ir aumentando su complejidad. Puedes revisar algunos de los ejemplos que dejamos a continuación.

Símbolos gramaticales
https://www.youtube.com/watch?v=bQXfmC8yrcs
https://www.youtube.com/watch?v=QtCkSUJiJCI

Sistema decimal
https://www.youtube.com/watch?v=yjajmDKw_8Q

Cubo del binomio
https://www.youtube.com/watch?v=eYvPgIK5FwA&t=61s

Descubriendo la geografía
​​https://www.youtube.com/watch?v=oKNxFH-eskY


EVALUACIONES

A pesar de que en gran parte del sistema educativo aún no ha sido posible romper con la inercia de poner notas, la investigación ha demostrado contundentemente que, si una persona ya está motivada en hacer una actividad, las recompensas esperadas en realidad interfieren en el subsecuente interés por la actividad.

Las prácticas convencionales escolares, como poner notas, entregar premios u otras iniciativas del estilo, socavan el interés intrínseco, el desempeño cognitivo, la creatividad, el comportamiento pro social (en palabras simples, la amabilidad), y una multitud de otros comportamientos positivos de los niños. Más aún, se sabe que el uso de recompensas extrínsecas podría estar contribuyendo a que a los estudiantes no les guste el colegio y a que tengan peor desempeño que el que en otras circunstancias alcanzarían.

En complemento con lo anterior, las personas orientadas a la destreza, son personas que están interesadas en aprender con el objetivo de dominar un tema. Tienden a disfrutar los desafíos y a persistir en ellos. En contraste, las personas con metas de desempeño, tienden a preferir trabajos fáciles que los hacen ver bien, porque buscan ser juzgados positivamente. Aunque pareciera que estas dos orientaciones caracterizan a dos tipos distintos de personas, lo cierto es que la misma persona puede adoptar diferentes orientaciones bajo diferentes condiciones ambientales. Además, cuando la meta está orientada a aprender, más que a tener un buen desempeño, las personas tienden menos a evitar aquello que no hacen o saben tan bien, y tienden más a circular alrededor de aquello que les implica un desafío (Lillard, 2017).

María Montessori ya había intuido estas ideas que hoy son hechos empíricos. De manera anticipada a los valores de la época, desarrolló un método que siempre ha estado orientado a fomentar la colaboración por sobre la competencia, y la comparación con uno mismo más que con el resto.

Para mayor información:

https://www.montessori-science.org/montessori_science_articles.htm
https://youtu.be/hiiEeMN7vbQ

Por ahora, el proceso de validación de estudios en La Redonda se efectúa mediante la rendición de exámenes libres, a partir de los seis años. Nos encargamos de gestionar todo el proceso, y preparamos y acompañamos a los niños para que rindan los exámenes todos los años y así cuenten con la certificación que valida cada curso aprobado.


PERIODO DE ADAPTACIÓN

La adaptación a un lugar desconocido puede generar mucho estrés y ansiedad si no es bien acompañada. Por eso, antes de que entren los niños, nos reunimos con los padres para que nos cuenten cómo son sus hijos. Luego, los dos primeros meses están orientados fundamentalmente a conocer y reforzar vínculos con los niños.

En La Redonda, proponemos un período de adaptación donde los niños puedan ver la presencia de sus figuras de apego en el salón el tiempo que les sea necesario, de manera que la transición a estar sin ellos sea tranquila, y se termine cuando lleguen a sentir que este nuevo lugar es un espacio donde les gusta estar, y donde sus necesidades afectivas y cognitivas son satisfechas.

Además, siempre está disponible el espacio de horario de ingreso flexible en las mañanas, para conversar sobre cualquier inquietud que puedan tener sobre el bienestar de sus hijos.

Tenemos plena consciencia de que el control de esfínteres es un proceso que tiene su propio ritmo y, por tanto, no se debe forzar, pues se trata de un logro que ha de llegar de forma natural tras un proceso de maduración biológica de carácter neuromuscular. El control de esfínteres es una cuestión crucial para el desarrollo infantil, que puede provocar dificultades si no se enfoca desde el respeto a la autorregulación del niño. Por ello, en La Redonda los pañales son bienvenidos, y contamos con personas que se ocupan del cambio cuando los niños lo necesiten.