Hace 25 años, Angeline S. Lillard, profesora de psicología de la Universidad de Virginia, era una escéptica de la educación Montessori. Habiendo tomado un curso Montessori, se sentía frustrada por no poder discriminar ideas apoyadas científicamente de la mera opinión. También le generaba suspicacia el hecho de haberse encontrado con guías Montessori que a veces tendían a ser más devotas al Método que a observar y aprender de los propios niños. Lillard era una convencida de que, si bien Montessori aportaba valor, el mejor sistema educativo era combinar las fortalezas del método tradicional con las de otras pedagogías.

No fue antes de estudiar psicología del desarrollo que empezó a encontrarse con estudios que reafirmaban los principios Montessori, lo que la convenció de incorporar a sus hijos en una escuela basada en este método. Esto la llevó a indagar más en la investigación y, luego de escribir una columna sobre las convergencias entre prácticas Montessori e investigación científica, la Oxford University Press le pidió escribir un “balanceado ensayo” sobre Montessori, puntualizando aquellas evidencias que sustentaban el método y aquellas que no.

En este punto se encontró con una gran sorpresa: ninguna de las ideas centrales montessorianas -la cercana relación entre movimiento y cognición; la idea de que el mejor aprendizaje es activo; el hecho de que el orden es beneficioso para los niños- han sido refutadas por la investigación. Solo algunas ideas no han sido aún investigadas, como la visión negativa de María Montessori respecto al juego simbólico, el que, de acuerdo a su mirada, no era funcional para la adaptación a la realidad.

Finalmente, Angeline se embarcó de lleno en la investigación científica sobre 9 principios asociados a Montessori, lo que culminó en el 2005 con una publicación de casi 500 páginas a la que llamó Montessori: The Science Behind the Genius, cuya última actualización incorporando nueva evidencia, se realizó en 2017.
En él se analizan las siguientes temáticas:

1. El impacto del movimiento en el aprendizaje y la cognición.
2. El aporte de la percepción de control y de la capacidad de elección en el aprendizaje.
3. Aspectos que aportan al desarrollo de la función ejecutiva.
4. El impacto del interés en el aprendizaje humano.
5. El rol que juegan las recompensas extrínsecas (premios, notas, etc) y la motivación (intrínseca) en el aprendizaje.
6. La incidencia del aprendizaje entre pares.
7. La relevancia de aprender en contextos significativos.
8. La incidencia de los estilos de interacción adultos en el comportamiento y resultados de los niños.
9. La relación entre el desarrollo mental y el orden en el ambiente.

Cada punto lo describe y sustenta a partir de diversos estudios que se han realizado sobre el tema en particular. Además, incluye un capítulo describiendo el estado del arte en investigación específica del método Montessori, donde nos hace ver que, si bien hasta el 2005 no se habían realizado estudios suficientemente confiables respecto a la Metodología, en lo que va de esa fecha hasta hoy ha comenzado a realizarse investigación de altos estándares, que arrojan luces positivas en cuanto al impacto de esta metodología en el desarrollo humano.

A lo largo de este recorrido, Lillard pasó a sentirse cada vez más incomodada por nuestro clásico sistema educativo que, focalizado en enseñar a los niños a dar pruebas, está indiscutiblemente empobrecido en comparación con los propósitos a los que apunta el sistema Montessori.

Para más información:
Montessori Education Video: The Science Behind the Genius
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